
Por muchos años se ha estado destacando la riqueza cultural con que cuenta la República Dominicana. Diversos sectores han propuesto, definitivamente sin ningún éxito, que ésta sea aprovechada turísticamente, que podamos brindar nuestras costumbres y tradiciones como importantes recursos a quienes vienen al país a disfrutar de la actividad de ocio.
Bailes, música, comida, artesanía, monumentos y museos son algunos de los elementos que componen nuestra variada carta de recursos culturales.
Pero para los objetivos del presenta articulo nos vamos a concentrar en la importancia de que nuestros museos comiencen a ser visitados de manera considerable. Claro está, tomando en cuenta el manejo adecuado que debemos darle a éstos para su óptima conservación.
Hemos realizado un recorrido por los principales museos de la ciudad de Santo Domingo, ubicados una gran parte en la tristemente histórica Ciudad Colonial y otros en la olvidada y mal tratada Plaza de Cultura. Edificaciones que deberían ser visitadas por un número considerable de personas solo guardan en sus tristes y oscuros salones un inmenso silencio provocado por la ausencia de gente interesada en los asuntos que se transmiten en estos lugares.
Cuando se visita un museo aprendemos, compartimos, disfrutamos, conocemos, y por qué no decirlo… gastamos.
Se solicita un guía que nos muestre y nos explique sobre lo que estamos visitando, tras esto existe una remuneración. Si hemos quedado satisfechos normalmente pasamos por la tienda de regalos ubicadas en estos lugares y compramos algún recuerdo.
Es decir, que incentivemos la visita a nuestros museos no solo nos ayudará a fortalecer nuestra identidad, sino también que significaría un aporte importante a nuestra economía.
Ahora bien, sería de utilidad preguntarnos: ¿Por qué prácticamente nadie visita estos lugares? ¿Cómo afecta esta falta de interés en nuestros museos a los profesionales que se dedican a labores relacionadas con estos centros? ¿Quiénes son los responsables de atraer una corriente importante de visitantes a nuestros museos? Y sobre todo plantearnos: ¿Qué podríamos hacer para que estos importantísimos recursos sean convertidos en verdaderos productos turísticos?
Lógica elemental, no visitamos lo que nunca hemos oído mencionar, no nos interesamos en las cosas que no nos hacen llegar a la mente. Pocos turistas de lo que vienen a visitarnos conocen o saben de la existencia de muchos de nuestros museos y/o centros históricos. Vienen por lo regular a zona Este y otros tantos a la Norte, disfrutan el destino y regresan a su país de origen. Esto hasta cierto punto está bien, sin embargo eso no significa que no deberíamos cambiar el concepto de ofrecer turismo.
Turismo es más que eso; más que sol, arena y playa; más que excursiones guiadas; más (aunque a muchos no les guste) que prostitución, droga y alcohol.
En el país, aunque no en un número considerable, contamos con profesionales de gran cantidad que se dedican a facilitar el disfrute y aprendizaje de los interesados que visiten nuestros museos. Es una pena que cada día sea menos la cantidad de dominicanos que se interesa en la actividad que conlleva trabajar en museos y/o centros históricos. Estos gracias a la falta de rentabilidad de estas labores, consecuencia de la poca importancia que nuestras autoridades han dado a que nuestros museos reciban una corriente importante de personas.
La Secretaría de Estado de Cultura, la Secretaría de Estado de Turismo y el Estado dominicanos en general son los principales responsables de que nuestros museos cuenten con la realidad que hoy vivimos. Ha sido la falta de tacto lo que nos ha mantenido prácticamente al margen de un verdadero turismo cultural.
Se trata de que aportemos ideas creativas para promocionar y dar a conocer nuestros museos y centros históricos.
El pago que se hace en nuestros museos para ingresar a ellos es prácticamente simbólico. Sin embargo no muchos muestran interés en hacerlo.
Después de haber hecho un detenido y cuidadoso análisis hemos detectado que las Tarjetas de Turistas que pagan nuestros visitantes pueden convertirse en una importante herramienta para lograr cambiar la situación de nuestros museos.
Todos los extranjeros que ingresan a la República Dominicana con fines turísticos (a excepción de los visitantes de Uruguay, Argentina, Chile, Perú, Ecuador, Israel. Japón y visados por la República Dominicana) deben pagar un impuesto de entrada o Tarjeta de Turista a un costo de 10 dólares. La misma es comprada en consulados, agencias de viajes autorizadas y en mayor cantidad en los aeropuertos del país.
Después de haber pagado el impuesto debe el visitante entregar la tarjeta (tamaño carnet) antes de pasar a los chequeos de migración. Estas no tienen ninguna otra utilidad que no sea el poder entrar a nuestra tierra y permanecer en ella por un periodo de 30 días.
Proponemos que estas tarjetas sirvan de entrada a los distintos museos de nuestro país que sean propiedad del Estado dominicano. Que las mismas en unas de sus caras enumere los principales museos y la ciudad donde estén ubicados. Que al otro lado se explique en distintos idiomas la funcionalidad que ésta tiene, haciendo hincapié en que totalmente libre de pago podrán visitar el museo de su elección. Debe tener un número telefónico para informaciones y una dirección electrónica de un sitio creado por la Secretaría de Estado de Cultura donde estos puedan ingresar y en el idioma de su elección obtener una breve descripción y/o motivación de los museos que estamos promocionando.
Esto creará cierto interés en las personas que obtengan estas tarjetas (que es la mayor parte de los turistas que recibimos). Conocerán y plasmarán en sus mentes nuestros principales museos, además que atraerá un gran número de personas a nuestros centros culturales ya que por naturaleza al ser humano le gusta aprovechar las ofertas, lo de moda… lo gratis.
No es tarea fácil de coordinar, pero de gran utilidad. Y no es ésta la última o única alternativa, conjuntamente con esto pueden implementarse otras acciones que busquen también atraer personas a nuestros museos.
Los profesionales del sector turístico conjuntamente con la Secretaría de Estado de Cultura debemos unir esfuerzos y definitivamente impulsar y/o desarrollar el turismo cultural que tanto le hace falta a la República Dominicana.