
El turismo es indudablemente una actividad que requiere dedicación. Y es ésta una de las razones por la que quienes trabajamos en el sector debemos sentirnos cómodos y satisfechos cuando realizamos una determinada tarea, ya sea cuando se planifica, cuando se supervisa o cuando se ejecuta.
El turismo es una actividad un tanto especial, ya que permite interrelacionarse con otras culturas, personas de otras costumbres, otras lenguas… conocer otros mundos.
Nuestro principal objetivo es el cliente, lograr su satisfacción. Sin embargo hay que tener en cuenta que este no siempre va a ser quien tenga la razón. Y es aquí donde tenemos una situación que debemos manejar con cautela, ya que la idea de que el cliente siempre está en lo correcto puede guiarnos a situaciones no favorables, pero al mismo tiempo es a él a quien tenemos que complacer.
Cuando tenemos un turismo única y exclusivamente orientado al cliente podemos correr el riesgo de que éste sea a corto plazo. Por tanto si queremos una actividad turística a largo plazo tenemos que tomar en cuenta otros aspectos.
El patrimonio natural y cultural, el clima y las personas pueden constituir los recursos más importantes del destino. Ahora bien, mediante la aplicación de un Plan de Desarrollo Turístico podemos lograr que estos recursos se conviertan en productos que puedan ser aprovechados por la actividad turística.
Si queremos tener éxito en el desarrollo del “Negocio de la Felicidad” como llama Josep Chias al turismo, debemos tomar en cuenta las tendencias del turismo y sus mercados. Por ejemplo, la OMT estableció algunos aspectos entre los que se encuentran: tendencias a reducir el número de días por estancia vacacional, fragmentación de las vacaciones, la creciente expectativas de asociar las vacaciones con experiencias y vivencias completas. Otro elemento que se debe tener claro es el papel que ha venido jugando el Internet, que en los últimos años se ha convertido en una de las principales fuentes de información de los turistas.
El Sr. Chias sostiene que el mercado son personas. El turismo esta compuesto de personas y éstas pueden cambiar sus tendencias con frecuencia, responden a variables sociológicas, económicas, psicológicas, políticas, etc.
Todos los turistas no responden a los mismos intereses y no hay nada apto para todos lo públicos. Esto constituye otro gran reto para los que gestionamos la actividad turistica.
Un elemento muy importante que debemos tomar en cuenta es la calidad del destino. Ya sabemos al tomar decisiones en el ámbito turístico no podemos ir muy a la ligera, ya que este es un sector que puede resultar complejo.
El fin de cualquier gestión turística debe ser lograr un desarrollo pleno del destino donde se beneficien tanto los visitantes, los inversionistas como la población en general. Y para lograr esto hay que realizar una labor ardua donde el turista se sienta satisfecho, recibiendo la sonrisa de una tierra que disfruta servir a la actividad del ocio. Como afirma el sr. Chias en El Negocio De La Felicidad, para servir a la actividad turística hay que seguir siendo joven toda la viada, o sea, positivo, alegre, con los ojos abiertos y enamorado.
La felicidad de nuestros turistas debe ser nuestra meta, por eso tenemos que convertirnos en gestores de felicidad.


